Cerca de 40 mil checos y eslovacos llegaron a Argentina en la primera mitad del siglo XX. La mayoría provenían de zonas rurales de Moravia y de poblaciones de Chequia y Eslovaquia, así como de aldeas checas en Ucrania y Rumania.

En la primera mitad del siglo XX se fundaron en Argentina cerca de sesenta clubes para los inmigrantes checos y eslovacos y se publicaron más de veinte periódicos y revistas en checo y en eslovaco. Durante el periodo de entreguerras llegó a Argentina una gran ola de inmigrantes checoslovacos (cerca de 20 mil). Hoy en día hay cerca de cien mil descendientes de inmigrantes checos y eslovacos que habitan en Argentina.

Los checos y los eslovacos se integraron con éxito a la sociedad argentina, y contribuyeron a su desarrollo en diversos campos, entre ellos en la agricultura y la cultura. Los inmigrantes se preocuparon también por conservar sus raíces checas y por preservar sus valores y su cultura en tierra extranjera.

 A partir del año 2000 comenzaron a resurgir los clubes y se abrieron algunos nuevos. Un número importante de argentinos con raíces checas y eslovacas ha reconocido su patrimonio y ha restablecido el contacto con sus familiares en Europa. Asimismo, asisten a las reuniones organizadas por los inmigrantes, trabajan en los clubes y participan en los cursos de checo que el gobierno de la República Checa apoya en Argentina desde el año 2004.